Ralph E. Bentley
Todavía había mucho de niño en él. Cada niño que conoció se convirtió en un amigo instantáneo. Amaba a sus sobrinos, nietos e hijos. Pasaron tres años de tratamientos de fertilidad antes de que llegara la noticia milagrosa. Íbamos a tener un bebé. Ocho días después, el ultrasonido reveló que venían gemelos. Posteriormente, con un ultrasonido de alta tecnología se concluyó que se trataba de un niño y una niña. Era un sueño hecho realidad para él. El 10 de enero de 2002 nacieron Allison Desiree y Nicholas Robert Bentley. Aunque temprano, estaban sanos y después de seis semanas regresaron a casa del hospital. Afortunadamente, Ralph era un padre que se quedaba en casa y pasaba mucho tiempo con ellos. ¡Cuán feliz hubiera sido para Ralph ver crecer a sus hijos! Eso no debía ser.
Ralph tenía un profundo amor y respeto por su madre. Amaba y exasperaba a su hermana mayor y a su hermana menor en todo momento. Ralph quería ayudar a todos y ganarse su respeto. Habría sido muy propio de él ofrecer sus órganos a alguien que lo necesitara. El hígado, el riñón y el páncreas que fueron donados ayudaron a tres personas. Todos ellos tenían hijos. Hizo que muchas de nuestras vidas fueran mejores. Lo amaba como no puedo con nadie más. Lo extrañamos y le agradecemos.
—Linda S. Bentley