Ken Schaefer
Ken pasó 14.440 minutos cada día haciendo lo que amaba. El tiempo era muy valioso para él. No pasa un día sin que se piense en él y se lo aprecie. Nuestros corazones extrañarán por siempre su presencia en nuestras vidas. Fue un amoroso esposo, padre, hijo, hermano, amigo y cuidador de sus gatos. Le encantaba estar al aire libre, jugar golf, caminar, nadar y hacer parrilladas. Fue un devoto poseedor de boletos de temporada de baloncesto masculino de Detroit Lions y Michigan State University. Le encantaba escuchar música y tenía muchas canciones favoritas. Fue un arquitecto de software dedicado y trabajador para el estado de Michigan durante más de 20 años. Era leal, digno de confianza, dedicado y fiel. Su regalo final fue el regalo de la vida... el regalo de la vista. Ken pudo restaurar la visión en alguien que ahora puede ver a su primer nieto con una “nueva sensación de claridad”. Ken marcó la diferencia en este mundo al convertirse en donante. Su recuerdo seguirá vivo. Al igual que una vela que enciende muchas otras velas, su llama nunca disminuirá.